El viernes pasado, Waldomiro De Freitas, un hombre de 70 años de la provincia de Misiones, perpetró un impactante femicidio seguido de suicidio en su residencia ubicada en el kilómetro 961 de la ruta nacional 14, cerca de Dos de Mayo. De Freitas aguardó pacientemente a su esposa, Marli Koenemann, de 58 años, quien regresaba de Brasil. Sin mediar palabra, la atacó con una escopeta calibre 12.70, dejándola sin vida, para luego quitarse la vida de un disparo en la cabeza con la misma arma.

Las fuentes policiales indican que De Freitas conocía la hora exacta de la llegada de su esposa y, según la reconstrucción de los investigadores, planeó el femicidio. La escena se tornó aún más trágica cuando, previamente al ataque, De Freitas disparó al transformador de la red eléctrica, dejando sin energía a la zona para ocultar su acto.

La autopsia reveló la brutalidad del ataque, mostrando que Marli presentaba múltiples heridas en diferentes partes del cuerpo, incluyendo fractura de cráneo, disparos en el costado derecho, pecho y cuello, con pérdida de masa encefálica. De Freitas, bajo la influencia de un posible estado de ebriedad, se suicidó con un disparo en el cuello que provocó el estallido de su cráneo.

La relación de la pareja, marcada por celos enfermizos según informes locales, se había desgastado, y Marli viajaba frecuentemente a Brasil para visitar a su familia y realizar actividades comerciales. La investigación, a cargo del Juzgado de Instrucción Nª 3 de San Vicente, no reveló denuncias previas por violencia de parte de la mujer. Este trágico suceso marca el séptimo femicidio en lo que va del año en Misiones. Los familiares de Marli la despidieron con emotivos mensajes en redes sociales.