Emanuel Perea estaba disfrutando de la mañana de domingo junto a su familia en las orillas de la costanera de Salto sin saber lo que estaba próximo a sucederle.
Es que al ver que dos personas se estaban peleando, decidió intervenir para que la situación no pasara a mayores. “Déjense de joder, se van a poner a pelear acá”, les dijo. Parecía que el conflicto había terminado, pero minutos después uno de los violentos regresó junto a una patota y lo asesinaron a golpes.
“Estaba muy destrozado, lo traspasaron con un machete”, explicó Mari, la hermana de la víctima. Este numeroso grupo de agresores tenía en su poder machetes, cuchillos y palos. Todos ellos tenían una finalidad: acabar con la vida de Emanuel, quien al momento del homicidio estaba con su hija de 16 años, un hermano de él y una cuñada.
Los cuatro habían frenado unos minutos para aprovechar el comienzo del día, después de volver de un cumpleaños aquel 4 de diciembre de 2022. Cuando se estaban por subir al auto para regresar a su casa, Perea fue interceptado por los agresores, que iban en una camioneta amarilla y dos motos. “No le dieron tiempo a nada”, contó.
Producto de la agresión, el hombre cayó al suelo herido de gravedad, mientras que los atacantes se escaparon. Emanuel falleció a los pocos minutos, pese a que fue trasladado de urgencia en una ambulancia a un hospital local. “Fueron directo a matarlo, lo asesinaron sin piedad”, señaló Mari.
De acuerdo al relato de ella, su hermano en ningún momento opuso resistencia, y aclaró que “no había nadie que pudiera defenderlo”. Asimismo, indicó que cuando se enteró de lo sucedido, fue hasta el lugar del hecho, pero su hermano ya había sido trasladado al centro de salud.
En ese trayecto, observó a algunos de los atacantes, como si nada hubiera ocurrido: “Vi a parte de los asesinos sentados en un balneario, pero me vieron, agarraron su moto y se fueron”.
Luego de varios allanamientos, la policía detuvo a ocho personas que están acusadas por el brutal crimen: seis hombres, de entre 18 y 50 años; y dos mujeres, de 19 y 23. Sin embargo, la familia de la víctima está segura de que todavía hay otro sospechoso prófugo.
Desesperada, Mari Perea está pidiendo justicia por su hermano, quien tenía tres hijas menores de edad. Asimismo, apuntó contra todas las personas que están arrestadas: “Esta gente se cree dueña del pueblo. Siempre les tapan todo, no podés ni meterte con ellos. Tienen otros hermanos presos y siempre actuaban todos juntos”.
“Lo que hicieron no tiene ni perdón de Dios. Mi hermano trabajaba de lunes a lunes. Vinieron directamente a matarlo”, sostuvo. A su vez, indicó: “Pedimos que se vayan del pueblo. Queremos que paguen, que no salgan más”.
TN