Mario Solaro, un colectivero con una trayectoria de tres generaciones, dio su última vuelta el pasado 30 de abril de 2024. Desde su niñez, su vida estuvo ligada a los colectivos, siguiendo los pasos de su familia en el transporte urbano de pasajeros.
Desde su niñez, la vida de Mario Adrián Solaro estuvo rodeada de colectivos, ya que su papá y también sus hermanos fueron trabajadores del sector.
“Mi papá entró de planillero en el año 1965 y hacía poco que la Línea 7 se había estirado hasta barrio San Roque; en el ‘76 entró Sergio, mi hermano mayor, después mi otro hermano Fabián, pero a él no le gustaba, tenía otra vocación y el último en ingresar fue Juan José”, recordó. A fines de 1989 fue su turno. “Empecé trabajando en negro, de planillero y después de colectivero”.
“Yo me crie entre los colectivos, aprendí a caminar entre los colectivos, me encantaba y era mi vocación. Lo único que supe que quise ser en la vida, era ser colectivero; mis ídolos, mis súper héroes son colectiveros”, remarcó.
En un emotivo momento, su familia lo sorprendió durante su última vuelta. Su hermano Fabián, cantante lírico, entonó una ópera en la unidad, generando asombro y emoción entre los pasajeros.
Mario Solaro expresó su pasión por ser colectivero y agradeció a su familia por haberle permitido cumplir su vocación durante tantos años. A lo largo de su carrera, trabajó en diversas líneas y afirma que seguirá siendo colectivero «hasta que me muera».