Carlos Perciavalle, de 82 años, y su novio Jimmy Castilhos, de 52, contrajeron matrimonio en el Registro Civil de San Carlos, en Maldonado, Uruguay, y esperan dar el sí por la Iglesia Católica este miércoles.
«A partir de lo que autorizó el Sumo Pontífice, todas las personas van a poder tener una bendición por parte de la Iglesia Católica. Por eso este miércoles por la tarde, la bendición será monitoreada desde el Vaticano, porque será la primera en todo el mundo», explicaron en Intrusos.
Los padrinos de la boda fueron Eduardo y Elina Costantini y solo asistieron algunos familiares y amigos. Todos sus invitados asistirán a la gran fiesta que darán en la chacra El Paraíso, en Laguna del Sauce, donde acudirán unas 400 personas que disfrutarán, entre otras cosas, de un show de El Polaco.
La relación fue confirmada por Luis Ventura en noviembre del año pasado: «Jimmy y Carlos se conocen hace veintitantos años, él es su productor, su amigo, su manager y después de tantos años, parece que en este último tiempo comenzó esa admiración, esa pasión, empezó la cosa a subir de tono. Y yo encontraba alguna cosa extraña, pero no sé por qué hasta que el viernes Carlos me tiró un dato y yo le pregunté si me estaba hablando en serio. Y ahora me dice que confirmemos».
Luego, el propio Perciavalle habló sobre su romance en el programa A la Tarde: «Mira, ni yo lo puedo creer, pero las cosas pasan en la vida. Lo conozco hace 23 años, ha sido productor mío en todas las temporadas que he hecho en el Uruguay. Hemos tenido una relación maravillosa, me he reído mucho, me hace reír mucho, me pone de buen humor y yo hace años que digo que la clave para una pareja, para que realmente surja el amor y resplandezca y vibre es reírse, porque el sexo, la droga y el rock and roll pasan, pero la risa queda siempre».
«Me voy a casar con Superman, es más que un Superman, es un súper varón, un superdotado, una súper persona, un hombre buenísimo. Al principio nos divertíamos mucho, él fue el único productor que me vino a contratar hace 23 años, vestido de traje, camisa y corbata, que para mí, conociéndome, es una cosa ya muy exótica, me llamó la atención y me hizo reír. Hicimos muchísimas temporadas en el Uruguay, en Montevideo, temporadas que iban a ser de dos días y terminaron siendo tres meses», relató.